sábado, abril 18, 2009

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no sé en qué momento dejé que pasaran cosas tan extrañas. ahora sé que tengo una enfermedad que consiste en querer absolutamente todo lo que no puedo y no voy a tener porque es la única forma de ganar permiso para soñar todos los días cuando voy en el bus a la u, de regreso, mientras espero la micro, en los 15 minutos después de que se acabó la once y en todo ese rato que me demoro en quedarme dormida. sonrío mientras lo pienso y después me enojo conmigo por ser tan tonta y juro que esta es una de esas cosas que nunca le voy a contar a nadie, porque creo que ya me excedí un poco en mis afán por enamorarme de circunstancias imposibles.

pucha.

4 comentarios:

David dijo...

yo creo que sería terrible que un día dejaras de soñar con imposibles... pierde brillo la vida sin eso. así que no lo hagas nunca, porque te arrepentirás

he dicho! :B

David dijo...

ah, chucha... soy la konini :)

maderisticabro dijo...

pero qué lata no enamorarse de nada, sería como si te llegase un escupitajo y no te importase.

qué lata po :)

despojada. dijo...

las circunstancias y las coincidencias son de lo mas bacan.

 
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