lunes, noviembre 29, 2010

echarte de menos

la pena se acostumbra después de unos días y me puedo dormir tranquila aunque no hayamos acordado vernos cuando nos despedimos. el día pasa lento sin que nada me parezca particularmente interesante, ando seria en la micro y no pienso sobre muchas cosas cuando camino hacia la casa. creo que si no llegara a mi cama en algún momento, si no me pusiera a mirar hacia la ventana mientras se hace de noche, casi no me acordaría de lo vacío que se siente. la rutina apaga todo y la rutina es todo lo que no tiene que ver contigo.

sábado, noviembre 27, 2010

you'll be a lover in my bed and a gun to my head

la mierda universitaria de la semana no me dejó digerir una de las noches más esperadas de mi vida. los smashing a unos metros, tocando ava adore, recordándome esos años de mi vida que alguien borró de mi cabeza. los smashing que tantas veces consumieron mi dinero para colación en pilas para el pendrive, musicalizando viajes al preu y recreos escapistas, llenos de las caras de mis estúpidos compañeros que nunca entendieron nada. nada.

un poco de la rabia de esos días quedó para siempre las canciones de los smashing. un poco de mis frustraciones y recuerdos de la primera vez que quise tanto a alguien como para volverme lo que nunca quise ser. esa noche, en medio de los gritos y las luces, la rabia de 4 años y el amor desperdiciado revivieron en mi cabeza para poder irse para siempre.

domingo, noviembre 14, 2010

sunday morning

hoy llegué triste a la casa, escuché un sermón de mi mamá mientras lavaba los frasquitos donde guardé la comida de ayer, di vuelta la mochila para sacar el olor a cerveza, comí un dulce que había en la cocina, subí a mi pieza y encontré a la pelu en la cama, me acurruqué junto a ella y me puse a llorar.

viernes, noviembre 12, 2010

mala cosa

hace tantos días que no estoy triste que hoy decidí inconscientemente regalarme mi tarde de pena para que después no me cobren intereses. el miedo como causa de la tristeza, siempre, y no al revés. llevo cinco horas en mi cama y vi cómo los rayos de sol se fueron a otra parte del planeta. sé que estoy pidiendo demasiado, esto ya ha sido bastante bueno, pero a mí gusta llevar las cosas a esas situaciones extremas y ahí es cuando me quedo sola y ahí es cuando los peros, la racionalidad, las estadísticas, la vida de los demás, que ni siquiera es la mía, se súperponen como una razón más fuerte y no sé por qué, pero parece bastante lógico. en mi cabeza las cosas son distintas, en mi corazón hay muchos puzzles armados, pero ya no quiero mostrárselos a nadie porque sé que sólo pueden convencerme a mí misma.

la etapa final del crecimiento es la resignación y parece que yo nunca voy a ser grande.

martes, noviembre 09, 2010

rawr

ya van 10 meses desde que tuve la gran idea de acostarme en el sillón que estaba cerca tuyo en ese carrete en el que ya casi perdía las esperanzas. te escuché respirar tanto rato y pensaba en las mínimas señales de la noche y en lo bacán de estar ahí, con mi insomnio de siempre, sintiéndome bien sólo por estar a unos centímetros de ti. de pronto despertaste y te quejaste del calor, me miraste, me reí, te miré y juré que pensamos lo mismo, pero volviste a dormirte. me acurruqué en el sillón y me puse a repasar los eventos de la noche: tú un poco ebrio, cantándome esa canción ridícula que, por alguna razón, quizás sólo por desesperación, me hizo sentido. yo acercándome a hablarte por casualidad, como si nada me importara menos y nada, la buena onda.

estaba en plenas reflexiones amorosas cuando sentí tu mano casi tocando la mía y no entendí nada y de pronto me hacías cariño y yo también y alrededor todos roncaban y afuera amanecía. mi corazón latía fuerte y empecé a sonreír con mi cara sumergida en el sillón de de la sofi. no sé cuántos minutos habremos estado así, pero sólo me importaba tu manito y lo bacán que era tenerla cerca y no aburrirnos de eso y juro que llegué a pensar que nada de lo que pasara después entre nosotros podría ser mejor.
pero adivina qué.

domingo, noviembre 07, 2010

a sunday smile

hace rato no me gustaba tanto un día nublado. hoy empezó tan bien: me desperté antes de la 12, no me bañé, me acurruqué en el sillón para ver películas y desayuné un vaso de pepsi. al rato mi papá me obligó a ir a comprar zapatillas nuevas y nos demoramos exactamente una hora en eso, ir a la farmacia y al supermercado. sé que a toda la gente le apesta ver las tiendas llenas de cosas de navidad a estas alturas, pero por alguna razón eso a mí me pone contenta. hoy habían maniquíes en bikini y afuera llovía mucho. ha sido una primavera muy rara y mi papá piensa que algo va a pasar, pero yo creo que me lo dice sólo para que tenga miedo. por suerte sólo puedo pensar en terremotos y a mí esas cosas no me dan miedo. me da más miedo deshacerme de mis zapatillas viejas, es como si estuviera traicionando a un viejo amigo.

no son puras supersticiones. cuando las cosas llevan demasiado tiempo conmigo, empiezo a creer que tienen alma propia. como sea, esas zapatillas se van a la basura con un buen pedazo de mi historia, que quizás era el pedazo más emocionante de todo el guión. quizás sólo debería esconderlas e idear para ellas un buen espacio de mi futuro hogar, que va a tener lugares de sobra para todas esas cosas que a las demás les parecen estúpidas y, a mí, las más importantes. al final, es lo que he necesitado toda la vida. un verdadero espacio donde mis estupideces sean bienvenidas.
 
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