domingo, mayo 15, 2011

don't make it bad

era un día de invierno cuando pendex, muy pendex, el nanananá de hey jude me atrapó. andábamos en un colectivo con mi mamá, hacía frío y la canción sonaba en esos minutos finales bien repetitivos que me ponen nerviosa. durante años fue una canción en inglés pegote para transformarse en el consuelo de los días más tristes de los 14 a los 20. a ratos la vida parecía una cosa mejor al escucharla, como si mis problemas existieran sólo por el hecho de estar deprimida, lo que podía solucionarse a escuchar a paul y sus consejos a jude. ahora me queda esa nostalgia de sentirme mejor al oírla, aunque ya no crea que las cosas se remitan a tomar una canción triste y mejorarla. como sea, haber tenido la oportunidad de cantar hey jude junto a paul esa noche fue una cosa de otro mundo, algo para recordar hasta anciana. desde que descubrí a los beatles, bien pendex e incomprendida por escuchar música de viejos, supe que por oír algunas de sus canciones valía la pena vivir esta vida. emo y toda la gueá, los beatles me enseñaron a amar la música.

1 comentarios:

Unknown dijo...

el miércoles pasado será inolvidable.

 
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