jueves, junio 23, 2011

1.49 am

está todo tan calladito que no quiero poner música. hace frío, tengo las patas helás y una sensación de pesadumbre inmensa, indescriptible. se siente raro cachar que a esta hora, cuando me gustaría profundizar en mis penas para hacerlas salir, no hay mucha gente dispuesta a escuchar. ya no es como a los 16. a esta edad las cosas no se hablan tanto. las personas no pasan tanto tiempo juntas. los amigos ya no llaman para contar alguna cosa buena. todo depende tanto de las fechas, de los tiempos libres, de las lucas y de las tareas pendientes. es como si ya nadie obedeciera simplemente a sus ganas y todas las relaciones se fueran estableciendo en metros de distancia, que a veces se transforman en kilómetros, incluso esas más cercanas. siempre un vacío en medio, una ausencia. por estos días, la soledad se mata yendo a dormir.

4 comentarios:

dobbs dijo...

es lo malo de ir creciendo y sumar responsabilidades que uno no pidió. pero lo más latoso es cuando las conversaciones con los amigos se concentran en hablar de trabajo, cansancio, deudas y porquerías varias.

desvío dijo...

quizás todos pensamos lo mismo y en verdad sí estamos dispuestos, pero nos quedamos callados. no sé. igual es una etapa complicá, pero te quiero, amigo

despojada. dijo...

si me vei conectada a altas horas de la madrugada cuéntame tus penas, como yo te conte alguna vez las mías.

Honor dijo...

Vane me pasa lo mismo, me dicen que se llama adultez, yo creo que es una wea, que depende de cada uno, igual la vida se va llenando de cosas, compromisos... uno se va desepcionando igual, pero creo yambienque la magia de la cosa esta de la vida es no rendirse y creer siempre.

besos

 
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