y me dijo

-no me acuerdo cómo se sentía extrañar harto.
-creo que te extraño menos de lo que tú me extrañas a mí.

ya, sí.

pico con todas las hueás, loco. voy a renunciar.

-

hoy le puse otra vez pilas al maneki. ya no le compro a nadie, pero un objeto no puede decepcionarme.

no creo que ya nadie pueda salvar lo que yo he dejao atrás tirao por tanta curva que a mí me ha dao por esquivar. no creo que la culpa se vaya lejos si no hago espacio pa que el presente se haga ancho, no tenga nada con qué chocar.

ya no le compro a nadie.

bolsitas de té

la fatalidad,
otra vez,
casi en el mismo formato.

quiero volver a ese primer día en quinta normal.
y quedarme ahí escondida con los ojos cerrados.
déjenme volver.

ateísmo

ando pa la patá y el combo del mundo. ya sé que son todos como las hueás, no sean tan evidentes.

parálisis del sueño

quiero perder mi alma en un sueño como la otra noche. esta vez, no quiero que mi espíritu se quede mirando mi cuerpo en la cama, sino que aproveche de irse lejos de todo y todos, a conocer nuevos almacenes, plazas y micros y probar nuevos cigarros y reírse con otra gente. quiero que mi cuerpo se quede en la cama hasta ir desapareciendo como el cuerpo de ese perrito que atropellaron en pajaritos y que fue disolviéndose con la lluvia y el sol y las micros que pasaban cerca.

aprovecha mis sueños y vírate, alma.

mientras, yo seguiré buscando un kino que termine en nueve. últimamente pienso muy seguido en ganarme el kino. las coshas shimplesh de la vida ya no me hacen feliz.