el tiempo pasó

en unas horas defenderé mi examen de título. el último paso de todo este gran trámite llamado universidad. estúpidamente, como siempre, siento nostalgia. me da pena pensar que nunca más voy a estar con la consu y la javi, con el culo a dos manos haciendo las cosas a última hora. no más cigarros en los recreos, ni dormir en clases, ni faltar a clases, ni hacer dibujos o escribirle cosas en el cuaderno al que esté al lado. no más estudiante y mañana, si sale todo bien, me convierto oficialmente periodista y tengo 23 y soy pendeja y me da miedo. todo pasó demasiado rápido, como siempre. ayer no más estaba en las escaleras del preu, pensando que en la prueba de matemáticas me iba a ir como el hoyo. y en valpo. y en el periodismo.

chúpenla

tengo la vida agotada de los trámites. después de cinco años haciendo lo que había que hacer, guardándome la pena, el desinterés, la rabia, hoy ya no quiero obedecer. no quiero entregar ese puto título de mierda. siento odio, siento que se ríen en mi cara pidiéndome esto después de todo lo que me han torturado. maldita universidad de mierda y maldita yo por no haber tenido nunca el coraje de abandonar esa mentira y romper todo vínculo. hoy tengo que transformarme otra vez en el zombie hipócrita en el que me quisieron convertir, pero juro que va a ser la última vez que lo haga en toda mi vida.

haría bien a la terapia alejarme un tiempo

mi idealismo de todas las cosas tiene que comenzar a dejarme en paz. si vivo esto con ansiedad es porque sé que se está yendo a la mierda, yo sé. en la micro concluyo que quizás ya es hora de dejar de arreglar las cosas -en realidad nunca he creído en las terapias-, que ahora que estoy más grande debería aceptar que hay peleas que no voy a ganar y que ya tengo que dejar de fracasar con estruendo. para qué tratar hasta el último si hay causas perdidas y esta me recuerda dos veces al mes que es una. un síntoma de que las cosas se están yendo a la mierda es cuando se acaban los besitos largos.
el amor me pasea.