viernes, enero 01, 2010

bici

el ale estaba triste y recién sermoneado por mi mamá. yo, en depresión, como todos los días post-fiesta. le ofrecí que anduviéramos en bici y hasta me olvidé de mi rol de hermana mayor y fuimos muy lejos. tras unos cuantos minutos recorriendo calles vacías, recuperé la tranquilidad que estos días especiales me han quitado. conversamos de lo extraño que se siente el primer día del año y de lo lindas que se ven las luces azules en los techos de las casas.
seguramente van a desaparecer pronto.

andar en bici de nuevo me recordó que puedo ir a cualquier parte. es una idea que olvidé el día en que decidí volver a vivir en santiago. no pienso dejarla ir otra vez, no este año.

2 comentarios:

dobbs dijo...

oohhh, muy linda la historia.notable el gesto de "sacar" del sermón a tu hermano chico, por un momento me acordé de mi infancia, siendo sermoneado diariamente por hacer tonteras..y el salir a despejar la mente, irse lejos en un viaje de ida y vuelta que sólo dura unas pocas horas.

Saludos.

maderisticabro dijo...

no seas hereje, y preserva todo lo que aprendiste/recodaste en esa bicicletada.

puta que son bacanes las bicis <3

 
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