siempre voy a recordar este año

como el año en que te conocí.

por goleada el evento más bonito, emocionante y afortunado de toda mi vida.

buenas noticias

yo no esperaba mucho de estos tiempos desde hace un par de años. eso de tener tantas expectativas siempre, me enfermó cuando entré a la universidad y me encontré con la misma mierda de siempre con más vocabulario. esa misma clase de persona a la que le importa muy poco lo que esté sucediendo alrededor, que no es una cosa inherente de los cuicos, ni de los pobres, pero que está en todos lados igual. después de tanta decepción, para estos días sólo esperaba encontrarme en cualquier lugar, escribiendo alguna cosa por unos pocos billetes en mi bolsillo que fueran modelando, más o menos, la vida libre. pero no, una mezcla de coincidencias e iluminazos me sorprendieron, la cosa es mejor de lo que pensaba. esa sensación impagable de haber caminado hasta acá con todas esas historias y esas personas y encontrarle sentido y no dejarme llevar por lo que está clásicamente bien, sino que llenar esa decisión (como hace cuatro años) con todas mis ganas y mis convicciones y sin miedo a las preguntas, a las caras raras, a la falta de reconocimiento. mandar de todo corazón a la cresta todo eso.

es tan bonito encontrar al fin que la cosa está empezando a ir bien, que esto de crecer no es esa mula que nos vendían en el colegio y que sonaba tan mal, que no tiene nada que ver con perder la imaginación y la realidad del mundo laboral no es ninguna cosa monstruosa. lo que me parece verdaderamente monstruoso es haber perdido tanto tiempo en la u y en las buenas notas y toda esa basura que uno cree tan importante. después de todo, ahora es momento de aprender y creo que tomé un buen atajo.

no sé cómo terminar esto, pero estoy contenta.

no sé cómo titular esto

los fines de semana se han acostumbrado a ser una basura. no sé por qué me siguen poniendo contenta los viernes. no sé por qué me sigo interesando en la existencia de personas que fueron como la mierda y no sé por qué les sigo deseando lo mejor, después de todo. esta semana perdí por lo menos una docena de certezas respecto a distintas cosas de la vida. comencé la práctica sin alcanzar a despedirme de nadie, de nada, ni de mí misma. mi billetera ahora tiene billetes y puedo gastarlos en todas las cajetillas que quiera.

la verdad es que no tengo ganas de escribir sobre nada que no tenga que ver contigo. no puedo pensar sobre nada más que la pena que me ataca desde que abrí los ojos esta mañana y recordé que estábamos enojados, oficialmente, y que uno no llama a la gente con la que está enojada para desearle buenos días y decirle lo mucho que lo extraña. quizás a estas alturas de la vida tengo que conformarme con que las cosas sigan su curso, tragarme mis reflexiones tardías sobre lo absurdo de nuestras discusiones de msn y ahogar mis ganas de verte y hablarte en las noticias, en la política internacional, en el marco metodológico de mi tesis.

echarte de menos

la pena se acostumbra después de unos días y me puedo dormir tranquila aunque no hayamos acordado vernos cuando nos despedimos. el día pasa lento sin que nada me parezca particularmente interesante, ando seria en la micro y no pienso sobre muchas cosas cuando camino hacia la casa. creo que si no llegara a mi cama en algún momento, si no me pusiera a mirar hacia la ventana mientras se hace de noche, casi no me acordaría de lo vacío que se siente. la rutina apaga todo y la rutina es todo lo que no tiene que ver contigo.

you'll be a lover in my bed and a gun to my head

la mierda universitaria de la semana no me dejó digerir una de las noches más esperadas de mi vida. los smashing a unos metros, tocando ava adore, recordándome esos años de mi vida que alguien borró de mi cabeza. los smashing que tantas veces consumieron mi dinero para colación en pilas para el pendrive, musicalizando viajes al preu y recreos escapistas, llenos de las caras de mis estúpidos compañeros que nunca entendieron nada. nada.

un poco de la rabia de esos días quedó para siempre las canciones de los smashing. un poco de mis frustraciones y recuerdos de la primera vez que quise tanto a alguien como para volverme lo que nunca quise ser. esa noche, en medio de los gritos y las luces, la rabia de 4 años y el amor desperdiciado revivieron en mi cabeza para poder irse para siempre.

sunday morning

hoy llegué triste a la casa, escuché un sermón de mi mamá mientras lavaba los frasquitos donde guardé la comida de ayer, di vuelta la mochila para sacar el olor a cerveza, comí un dulce que había en la cocina, subí a mi pieza y encontré a la pelu en la cama, me acurruqué junto a ella y me puse a llorar.

mala cosa

hace tantos días que no estoy triste que hoy decidí inconscientemente regalarme mi tarde de pena para que después no me cobren intereses. el miedo como causa de la tristeza, siempre, y no al revés. llevo cinco horas en mi cama y vi cómo los rayos de sol se fueron a otra parte del planeta. sé que estoy pidiendo demasiado, esto ya ha sido bastante bueno, pero a mí gusta llevar las cosas a esas situaciones extremas y ahí es cuando me quedo sola y ahí es cuando los peros, la racionalidad, las estadísticas, la vida de los demás, que ni siquiera es la mía, se súperponen como una razón más fuerte y no sé por qué, pero parece bastante lógico. en mi cabeza las cosas son distintas, en mi corazón hay muchos puzzles armados, pero ya no quiero mostrárselos a nadie porque sé que sólo pueden convencerme a mí misma.

la etapa final del crecimiento es la resignación y parece que yo nunca voy a ser grande.

rawr

ya van 10 meses desde que tuve la gran idea de acostarme en el sillón que estaba cerca tuyo en ese carrete en el que ya casi perdía las esperanzas. te escuché respirar tanto rato y pensaba en las mínimas señales de la noche y en lo bacán de estar ahí, con mi insomnio de siempre, sintiéndome bien sólo por estar a unos centímetros de ti. de pronto despertaste y te quejaste del calor, me miraste, me reí, te miré y juré que pensamos lo mismo, pero volviste a dormirte. me acurruqué en el sillón y me puse a repasar los eventos de la noche: tú un poco ebrio, cantándome esa canción ridícula que, por alguna razón, quizás sólo por desesperación, me hizo sentido. yo acercándome a hablarte por casualidad, como si nada me importara menos y nada, la buena onda.

estaba en plenas reflexiones amorosas cuando sentí tu mano casi tocando la mía y no entendí nada y de pronto me hacías cariño y yo también y alrededor todos roncaban y afuera amanecía. mi corazón latía fuerte y empecé a sonreír con mi cara sumergida en el sillón de de la sofi. no sé cuántos minutos habremos estado así, pero sólo me importaba tu manito y lo bacán que era tenerla cerca y no aburrirnos de eso y juro que llegué a pensar que nada de lo que pasara después entre nosotros podría ser mejor.
pero adivina qué.

a sunday smile

hace rato no me gustaba tanto un día nublado. hoy empezó tan bien: me desperté antes de la 12, no me bañé, me acurruqué en el sillón para ver películas y desayuné un vaso de pepsi. al rato mi papá me obligó a ir a comprar zapatillas nuevas y nos demoramos exactamente una hora en eso, ir a la farmacia y al supermercado. sé que a toda la gente le apesta ver las tiendas llenas de cosas de navidad a estas alturas, pero por alguna razón eso a mí me pone contenta. hoy habían maniquíes en bikini y afuera llovía mucho. ha sido una primavera muy rara y mi papá piensa que algo va a pasar, pero yo creo que me lo dice sólo para que tenga miedo. por suerte sólo puedo pensar en terremotos y a mí esas cosas no me dan miedo. me da más miedo deshacerme de mis zapatillas viejas, es como si estuviera traicionando a un viejo amigo.

no son puras supersticiones. cuando las cosas llevan demasiado tiempo conmigo, empiezo a creer que tienen alma propia. como sea, esas zapatillas se van a la basura con un buen pedazo de mi historia, que quizás era el pedazo más emocionante de todo el guión. quizás sólo debería esconderlas e idear para ellas un buen espacio de mi futuro hogar, que va a tener lugares de sobra para todas esas cosas que a las demás les parecen estúpidas y, a mí, las más importantes. al final, es lo que he necesitado toda la vida. un verdadero espacio donde mis estupideces sean bienvenidas.

a propósito de videos viejos

viendo videos viejos la nostalgia cae sobre mi pieza. a estas alturas, ya me percato de esa lista infinita de canciones que ya no están en mi playlist, de las tallas que ya no entiendo y de la fuga masiva de personas importantes. las borracheras, los discursos escolares y las preocupaciones de aquellos días, mi pelo rojo, mi pelo corto, mi pelo macheteado, los cafés, los cigarros, el cerro, los picnics, los planes y la inocencia. sobre todo, la inocencia y cómo se nos fue escapando sin que nos diéramos cuenta. por esa vez que pudimos llegar a concebir la idea de irnos a valpo a vivir todos juntos y trabajar para tener una despensa llena de comida que por esos tiempos nos iba a salvar, porque nada importaba tanto como la misma libertad.
bonito.

lo que vino después de tantas noches de cervezas y tonteras compartidas, después de haber vagado ebrios por valpo y deséandonos un feliz año nuevo cuando se acabó la cuenta regresiva de un semáforo, después de pasar semanas echándolos de menos y llenando mi cuaderno verde con mis observaciones ermitañas de pendeja que se va a vivir sola de un día para otro, después de que tuve que volver a la casa y centrarnos un poco, haciendo una rutina bonita en base a un café después de clases. eso de juntarnos a las 7 en la biblioteca nacional, que ahora es sólo una manía atípica, llena de recuerdos y nostalgia. esa época en que forjamos un nuevo plan ad hoc a nuestra vida civilizada de universitarios chatos de vivir en la casa de los viejos, esas tardes en que sentados en una banca cerca de la moneda imaginamos desde el color de las paredes hasta el diseño de las tazas de nuestro hogar. teníamos todo tan claro y nos emocionábamos de sólo pensar en el día en que las cosas empezaran a suceder.

y después, lo que vino después. las cosas que todos entendimos mal, las cosas que nunca debimos decir y los desperfectos simples de la vida. esos pocos meses en que el tiempo pasó rápido sobre nuestras cabezas y nos dejó despeinados, confundidos y sin saber que todo había cambiado para siempre. mis esfuerzos inútiles por aferrarme a las buenas tardes, a las buenas noches, a los planes que ya habíamos perdido en alguna parte. y ahora, estar en este momento de las cosas, cuando la rabia se ha ido para siempre y sólo queda parar un rato a ver videos viejos, reírme un poco y volver a dejarnos guardados en alguna parte de mi cabeza como parte de los mejores episodios de nuestra vida. como un buen libro, que puedes releer cien veces, pero siempre tiene que volver al mismo lugar donde estaba.

ojalá pudiéramos habernos quedado detenidos, sin crecer nada más, como pequeños bonsais de nosotros mismos, refugiados para siempre en las expectativas, esos mismos lugares de espera que pudimos compartir tan bien. ojalá nunca podamos olvidarnos de todo eso que pasó antes de que la vida sucediera y, como historia real, no pudiera repartir la felicidad en partes iguales para cada uno de nosotros.

japines

la vida fluye tan suavecito a tu lado. si no estuvieran los grandes fantasmas de siempre corriendo tras de mi, esto sería como un cuento. pero es mejor que eso ahora. caminamos de la mano, sorprendidos de cómo podemos encajar en distintas situaciones, de cómo podemos adaptar tan bien nuestros planes y ser felices llenando nuestro estómago de dulces, besos y canciones compartidas. ya no tengo que huir de los fantasmas, me ayudaste a convivir con ellos y a dejar que se aburran de perseguirme. no tengo muchas más cosas en mi cabeza que no tengan que ver contigo. a todo lo bueno le pongo un hilito que me lleva hasta ti y dejo que mis días, los que ya pasaron, los que están pasando y los que vienen, se llenen de lugares con tu nombre. no tengo por qué fantasear sobre nada, pero no creo que sea coincidencia que desde que llegaste haya empezado a tener una tormenta eléctrica de días bonitos.

feriado

hoy me desperté para despertarte, pero tenías el teléfono apagado. supongo que lo apagaste porque te dije que te iba a despertar. afuera el día está nublado, muy nublado, y la pía debe estar trabajando y la sofi se fue a hacer sus pegas universitarias. yo evado todas mis responsabilidades, como siempre, y sueño con que alguien me viene a rescatar del pijama y me invita a dar una vuelta, aunque sea a la manzana.

las últimas

esta semana:

1) primera prueba de práctica. sabía que iba a ser raro porque no conozco a nadie (aparte del jota) que esté tan bien preparado para enfrentar el mundo laboral en 4to año de carrera. menos si se trata del periodismo. cuento corto, el viernes me fui a copesa a probar mi suerte y llegué a varias conclusiones muy útiles sobre la vida.

i) que tengo que desarrollar mi sentido de orientación sobre calles, direcciones, metros y micros.
ii) que tengo que aprender a lidiar con las minas pelolais.
iii) que no puedo reírme en voz alta ante el primer comentario que considere tonto.
iv) que no tengo que ponerme a chamullar cuando estoy nerviosa. (inventé una historia poco creíble sobre mi puntualidad).
v) que tengo que aprender a lidiar con las minas pelolais.
vi) y de paso, dejar de formar alianzas estratégicas con las que pasan más piola.

fue entrete, poco traumático y a la vuelta en micro y con ropa para la ocasión, me sentí una tipa cualquiera volviendo de la pega. lo único que terminaba a ratos con ese círculo de madurez artificial, eran los smashing sonando en mis oídos, recordándome que mi cabeza se quedó estancada en los 16 y que nunca dejaré de ser la pendeja que odia hablar en público.

2) mi papá me trata de ignorante porque le conté que el otro día anduve buscando a alguien para leerme el tarot. yo no sé si sea ignorancia específicamente, pero no me gusta la gente que desecha cualquier posibilidad de superstición. es entretenido para los irracionales y curiosos y sigo a la búsqueda del tarotista perfecto.

3) vi a mis amigas justo un día antes de la entrega de la macabra prueba de política: de las mejores decisiones de la semana.

4) tengo un desafortunado talento para encontrar cosas que no quiero encontrar.

5) parece que no tengo la capacidad de perdonar a la gente por las cagadas mínimas o grandes que se pueden haber mandado conmigo. no sé qué onda, no puedo no más.

6) necesito amigas nuevas, buenas para fumar, pesimistas y odiosas.

como siempre

soy la llorona más ignorada del mundo.

air

algunas cosas han cambiado tanto alrededor de nosotros, a veces parece que sin quererlo construimos un paréntesis donde pasan todos nuestras cosas y nuestros días, donde somos felices y donde nos bajoneamos, un iglú donde nos enojamos y reconciliamos, el mismo desde donde conspiramos los grandes y pequeños planes que nos ponen los ojos brillantes. nos vamos haciendo más amigos, compartimos las preocupaciones tontas y también esas que nos han oscurecido la vida y mientras te hablo parece que encontrara solución a tristezas de años. me paso la mitad de mi vida soñando contigo, con lo que sucederá entre los dos en una decáda más o en lo que haremos el jueves. yo no tenía idea de estas cosas antes.
y ahora sé toro, parece.

las 9

de alguna forma, es como si los pensamientos tristes despertaran en mi cabeza mientras tomo once y juego con las migas del pan.

-

no sabía que las mismas dudas pueden quedarse tanto tiempo encerradas en mi cabeza, sobreviviendo a todas las cosas como si en realidad nada fuera capaz de matarlas. qué pena. qué mala, vanne.

al final del día

salir del jumbo, llenos de bolsas con golosinas y alguna inutilidad comprada por mí, riéndonos de alguna tontera como siempre, robándote besitos mientras pasa la micro y, durante el viaje, quedándome dormida sabiendo que me despertarás justo cuando estemos cerca de casa. de nuestra casa.

si existen los sueños, ese es uno.

llorona

siempre he sido escandalosa para llorar. cuando era chica, mi mamá me llevó al doctor porque consideraba que mis sollozos eran síntoma de un problema al corazón. el doc dijo que no esa vez, pero parece que estaba equivocado.

tengo tanta pena que podría morirme de esto.

entonces la emoción confirma el sentimiento

tengo sabor a resignación en la boca, casi como siempre después de estos episodios reveladores y predecibles que por alguna razón me terminan sorprendiendo. el pijama es la ropa de la pena, me quedo con él mientras afuera el sol brilla y brilla, es un día hermoso, sí, y yo lo quedo mirando mientras mi cabeza se llena de estimaciones, posibilidades y finales imaginarios. es un día hermoso y yo debería arrancarme con él, perseguirlo atravesando el mundo y olvidarme de que existe la maldita noche.

martes

por alguna razón la pena o el dolor de cabeza se quedan encerrado en uno, sin que los demás puedan verlos o entenderlos, aunque digan que sí y traten de dedicarte palabras en buena que nunca me han importado menos que hoy. me siento víctima de toda esta rutina, todo el tiempo una víctima de lo que tengo que hacer. a estas alturas, las metas se ponen un tanto difusas, estoy muy cansada y no sé hasta dónde quiero llegar, ni con quién, ni cuándo. ni siquiera estoy completamente segura de querer llegar a alguna parte. se nota en cómo conversamos que las cosas han cambiado, se han ido un par de personas claves, la cosa no fluye así, ¿será la edad? un pico esta edad, un pico la universidad y un pico tener que irse a dormir porque simplemente no tenís con quien hablar, no alguien real, no tenís a quién comentarle tus problemas sin que se atormente por la decepción que escapa de tus ojos y tus palabras y se sienta con el derecho o el deber de recitarte ese clásico discurso subeánimos que siempre me ha exasperado un poco. los vacíos se están volviendo cada vez más evidentes, hay muchos asientos disponibles que nadie quiere ocupar y a mí sólo me gustaría tener a alguien con quien fumarme un cigarro cuando me aburra de recurrir al sueño sólo para dejar de pensar.

qué tal si los mando a todos a la mierda unos cuantos días.

es una tristeza tan linda

caminabas rápido por la vereda mirándome y moviendo tu mano para despedirte y yo pegaba mi nariz en el vidrio y te tiraba besitos mientras el bus avanzaba. de pronto, sentí ganas fugaces de llorar de puro contenta y pendeja, ganas fugaces de bajarme corriendo y no irme más porque la verdad es que las despedidas me están matando. todo se parecía tanto a esa misma sensación que tuve muchos años atrás, cuando mi mamá me iba a dejar al jardín y al verla partir una pena gigante se atascaba en mi garganta. sentía que no podría soportar las horas de la tarde estando lejos. sentía que no podía llorar por algo tan tonto. siempre me ha dado vergüenza echar de menos, pero de verdad ya no quiero despedirme nunca más de ti. al final del día, todo lo que quiero es acurrucarme cerca de alguno de tus cien chalecos de todos los colores. en especial, de ese rojo que es mi favorito.

rayitos

el día está tan bonito que no pude evitar acercarme a la ventana y dejar mi pelo mojado colgando por unos cinco minutos bajo el sol, el tiempo justo antes de que algún vecino piense que tengo instintos suicidas.

roma

- If you really love me, then let's make a vow. Right here... together... right now.
Ok?
- Ok...
- All right, repeat after me... I'm gonna be free.
- I'm gonna be free.
- And I'm gonna be brave...
- I'm gonna be brave.
- Good... I'm gonna live each day as if it were my last.
- Oh that's good...
- You like that?
- Yeah...
- Say it.
- I'm gonna live each day as it were my last...
- Fantastically...
- Fantastically.
- Courageously...
- Courageously.
- With grace...
- With grace.
- And in the dark of the night, and it does get dark, when I call a name...
- When I call a name...
- It' ll be your name... What's your name?

r.

howtodisappear

a veces pienso que todo sería más simple si me limitara a ser invisible en días como hoy.

filo

qué mal por esto de andarse cuestionando tanto el futuro como si fuera una gran gueá. como si fuera gran gran cosa. lo único importante acerca del futuro es la posibilidad de tener una cafetera para prepararle cafés de antología a mis visitas y amigos. ese el único plan que mantengo. lo demás, a la chucha. tomémonos un tiempo, estimado. la verdad es que no te quiero ver en mi cabeza hoy, ni mañana, ni pasado. lo que pase contigo dejó de importarme cuando me dí cuenta de la fragilidad de las cosas. según cerati, "poder decir adiós es crecer". así que eso po.

nada que no hayas leído antes

ayer y hoy y parece que hasta hace un rato las cosas eran de otra forma. las distancias van creciendo. estoy viajando y no había cachado. en volada sólo necesito atención. sí, necesito atención. me molesta este asunto de toda una vida de entenderme yo no más, con ciertos destellos de comprensión externa. me han dicho de diferentes maneras que no es tan bien visto tener estos dilemas a esta edad. no les he respondido que los he tenido siempre y que es justo en este momento, cuando algunos amigos se han ido y empiezo a tener resignación sobre esas y las siguientes pérdidas, cuando algo dentro de mí explota. una explosión de indiferencia y las ganas de mandar al carajo a todos, a absolutamente todos, antes de que recuerde que me importan.

últimamente, el miedo disfrazado de buenas razones anda dando vueltas por mi cabeza. es un bichito que no puedo matar, que se reproduce y está creando todo un mundo allá adentro.

cuando sea grande,

quiero hacer una canción así.

jaula

sabía que estabai afuera antes de que me llamarai gracias a los ladridos de los perros. ya no te extraño, pero a veces me gustaría escuchar mi nombre desde la calle, ponerme la bufanda y salir a caminar contigo sin cambiarme el uniforme. eran días distintos a estos, corría del colegio al preu y me sentaba sola en las escaleras a mirar los ejercicios del libro de matemáticas y a imaginarme resolviéndolos. ya no recuerdo qué habrá sonado en mi pendrive durante los recreos, pero sí sé que mataba los minutos pensando que, al final, esa rutina terrible me llevaría a los mejores días de mi vida. me equivoqué harto. los mejores días fueron justamente esos en los que pude haber llenado un cuaderno sólo con mis planes. sentados en la vereda de algún pasaje, te prometí que nunca más me quedaría con ganas de salir a caminar tarde, aunque fuera en plena madrugada. te juré que iba a ir donde yo quisiera y que nadie me volvería a pedir explicaciones. para mí, ese era el verdadero significado de la libertad. no me interesaba mucho más que eso. salir a caminar tarde, sin preguntas.

y todavía no se puede.

fac

4 años y cada día me vuelvo más intolerante a escribir cosas que no me interesan para ramos que no me interesan. el dilema de mi vida. yo sé que no puedo hacer sólo las cosas que me gustan, pero ojalá no me costara tanto resignarme. no sé cómo irá a ser todo cuando de estas decisiones dependa mi comida o los cigarros del mes.

puaj.

the same old fears

hoy salí de paseo con mis papás pensando que el día estaba muy bonito para quedarme encerrada. como siempre, fue una mala decisión y en unas horas comenzó a hacer frío, hambre y pena. no sé cómo terminé llorando en el asiento del auto, me quedé dormida con el pelo mojado y desperté atontada y sin recordar por qué me sentía así de triste. fue como tener 9 otra vez, ó 13 ó 15 ó 18. hay cosas que sencillamente no cambian con el tiempo. acá todo sigue igual y yo sigo poniéndome tan triste como siempre por estas cosas.

blow me out

hoy no ha sido un buen día. llego a la casa con canciones tristes en un sólo oído, miro por la ventana de la micro pensando en nada y una niña se queda pegada en mi cara de pendeja triste a punto de llorar. parece que no tengo razones específicas para estar así, sólo los mismos miedos de siempre. un par de personas menos, más cansancio y ganas de hablar poco, de dejar que los demás hablen por mí. i am so sad, i don't know why.

such a perfect day

me gustó ir a tu casa, conocer a la ceniza, cocinar mientras tocabai canciones en la guitarra, ver una película tirados en la alfombra con los pies cerca de la estufa, hacer tostadas, dormir siesta, dormir en tu cama, fumar contigo en el patio, mirarte mientras veías la tele, taparte los ojos y que no te enojaras, no preocuparme porque se estaba haciendo de noche, quedarme mirándote hasta que estuvieras dormido, despertar con frío y abrazarte, reírnos en la mañana mirando el techo, verte desde el bus de vuelta hasta que te perdiste en la calle y haber llorado abrazada a ti de puro contenta.

no estaba acostumbrada a días así antes de ti.

idiot

cosas que he confirmado sobre mí esta semana: que pienso lento, que soy tonta, que me gusta sabotear mis propias relaciones amorosas, que el pelo negro no va conmigo, que estoy siendo poco solidaria con esa mina a la que le sucede lo mismo que a mí, que necesito de mucha paciencia, que no sé tomar decisiones lógicas, que hace rato debí dejar de pedir cortados en los cafés, que me he convertido en un auténtica macabea, que necesito nuevas amigas, que el invierno ya no me gusta, que ando enamorá, que no puedo estar más de un mes sin ver a la pía y a la sofi, que me gusta tomar agua, que tengo un gran talento en el noble oficio de perder cosas, que odio ponerme el pijama, que soy un desastre de polola, que me caen mal las niñas con la nariz grande, que debería haber sacado el pase hace 6 meses, que me carga ir al doc, que no puedo tener un bolso limpio y organizado, que no sé peinarme, que me carga ese famoso disco de los white stripes que todos aman, que siempre me compro pinturas de uñas demasiado extravagantes que después no me atrevo a usar, que pagaré caro el no haber arreglado el pc cuando podía, que tengo una relación amorosa ilegal con el computador, que cocinar está en el top ten de las cosas que más me gusta hacer en la vida, que me gusta carretear con él y que soy tan pero tan idiota.

se busca

últimamente me he obsesionado con la idea de tener una amiga nueva que solucione mis problemas, me acompañe a sacar fotos y a bailar a lugares donde no conozcamos a nadie. amiga nueva imaginaria, tienes que ser capaz de quedarte hablando conmigo hasta que el cielo se ponga celeste, mostrarme discos que nunca nadie haya escuchado y tener un pololo buena onda para que no te vaya a dar curiosidad el mío. idealmente, espero que no seas responsable y puntual, que odies ir a clases y te gusten las papas fritas tanto como a mí. ojalá que también tres vasos sean suficientes para emborracharte, aunque quizás pido demasiado.

cerca del sol

se terminaron las vacaciones, pero tú sigues conmigo. si tuviera que enfrentarme a una vida de despertadores, frío mañanero, buses y tareas infinitas a cambio de mirar tus ojitos con sueño al menos media hora a la semana, yo lo hago, ¿dónde firmo?. hoy es mi último día de vacaciones en mucho rato y lo único que realmente me preocupa es poder hallar espacios, entre tu rutina y la mía, para encontrarnos en algún pasto con solcito. de alguna manera, hemos detectado la forma de olvidarnos del invierno y cada vez estamos más cerca de que no nos importe en absoluto.

estoy más enamorada que la cresta.

mechona

estuve mirando fotos viejas, acordándome del famoso 2007, el año en que pegué el estirón. ahora apenas me acuerdo de cómo era todo eso de vivir sola frente al mar y no tener qué comer los sábados. apenas recuerdo mi ropa tirada a los pies de la cama y ese ventanal gigante junto a mi cama con vista hacia el pizzahut. sé que a veces podía pasar un día entero sin hablar con nadie, que salía a caminar por san martín dando vueltas 5 veces por los mismo lugares, pero creo que nunca antes había sentido tan claramente que la felicidad dependía de mí misma. me echo de menos en esos días. ojalá pudiera ahora escapar a otra ciudad como lo hice esa vez y olvidarme de todos, aunque sea por un rato.

girl, you'll be a woman soon

se viene el penúltimo semestre universitario, la práctica, la tesis, la pega, la cesantía, el buscar un lugar barato donde vivir, el ahorro, las cuentas y la vida amorosa versión post universidad. creo que a lo que más le temo es a eso último.

felí

nada como ir en la micro y ver a alguien sonriendo, con la vista perdida en el paisaje tras la ventana. me pregunto qué cosas no pudieron reprimir ese gesto tan simple y bonito en medio de una docena de caras largas y amargadas. al rato después, es mi reflejo el que sonríe poquito en la ventana. no sé en qué habrán pensado los demás, pero al menos a mí me bastó con acordarme de ti.

curá de espanto

estoy tan acostumbrada a odiar los domingos que hoy me quejé por inercia. mañana no tengo u, ni despertador, ni un pullman naranjo, ni una pasarela más helada que la cresta, ni un almuerzo tibio. la vida sin universidad es la cosa más sinceramente buena. mis dramas están donde siempre, pero por mientras parecen inofensivos. anoche me dí cuenta, entre el copete y los cigarros, que mis amigas están ahí cuando yo quiera, que esas instancias pueden repetirse aunque ya no tenga 16, que todavía puedo salir tambaleándome del baño, dejar que me hueveen, reírme con gente que ni conozco y gastarme toda la plata del celular en llamar a mi pololo para decirle las cosas que la sobriedad me reprime.

y, sobre todo, despertar al otro día preguntándome qué chucha hice ahora.

viejas técnicas

todo lo que quiero es curarme raja, innundar mi cabeza con ron barato, tapar mis pulmones con nicotina, alquitrán y todas esas mierdas que me hacen pésimo. estoy buscando olvidarme de mis últimos descubrimientos, dejar de hacerme cargo de mí misma. ya no me importa lo que pueda pasar con absolutamente ninguna huevada. si salen mal o bien.
me importa un pico.

horas después

sí, si le doy color. nunca confíes en las montañas rusas, aunque tengan aspecto seguro. cuando llegas a la fila del juego, ya no hay tiempo para arrepentirse. nadie te obligó a subirte. esta pésima analogía se aplica al amor, a la universidad, a las elecciones sobre la ropa y a las películas, entre otros.

a mí también, por supuesto.

no need to be afraid

esta es otra de esas noches raras
la pena y la rabia se esconden en mi guata, entre mis tripas, se incuban como un bebé que comienza a crecer rápido y es abortado espontáneamente gracias a un buen día, un buen rato, un buen suceso. el mismo que reaparece cuando menos lo espero, a propósito de un encuentro casual con la decepción, con la incomprensión o con las dudas. la anticoncepción es una cosa difícil en estos tiempos. vivo con el miedo a las instancias en que todo parece juntarse, calzar perfecto, transformarse en una inmensa ola que me alcanza y revienta en mi espalda justo cuando voy corriendo hacia la playa. a esta edad, uno ya tiene suficientes cosas sobre las cuales arrepentirse. por una u otra razón, vivo con las ganas de volver a los 16 y de que un montón de cosas nunca hubieran sucedido.

el viaje

nunca había entendido las cosas desde esta perspectiva. por alguna razón me encontré en el suelo el pasaje a un lugar bonito, uno que poca gente suele visitar. yo que estuve una gran parte de mi vida queriendo ir ahí, pero sin saber qué micro tomar, ni dónde bajarme. sucede que ahora lo conozco y me duermo y despierto sonriendo de sólo saber que al fin sé cómo llegar, que tengo mi espacio ahí compartido con alguien que supo acompañarme aunque yo no sea precisamente la compañera de viaje ideal. ahora sé que esa persona es la única con la que quiero viajar, que al fin tengo esa sensación tan incomprensible para los extranjeros, pero tan real para algunos, de querer acomodar todos mis planes a tu presencia, de incluirte e incluirme silenciosamente en tus panoramas. yo sé que el tiempo pasa y que somos muy pendejos aún, pero si pudiera mantener el paso de los días lejos de nuestro lugar, ese al que llegamos juntos, no dudaría en construir una casita donde podamos escondernos para siempre. yo sé que a veces las cosas pueden ir muy mal, que puedo tener muy mala suerte, pero estoy contigo. sucede que te encontré y eso es todo lo que me importa. no quiero devolverme nunca más.

por azar te encontré

deja que te acompañe hasta tu casa y pueda ver el brillo de tus ojos
antes de dormir

los buenos libros me enseñaron

que el amor no es suficiente. no importa qué tan brígido sea. no importan las intenciones. el amor nunca es suficiente y ojalá no se me vuelva a olvidar esta gueá. nunca más. no quiero volver a llorar nunca más por gueás que ya me sabía de memoria.
aprende.

imagínate

si un loco me canta esta canción, existe un 72% de posibilidades de que me enamore irremediablemente. yo que nunca he sido de esas que lloran por don silvio, no puedo menos que arrodillarme ante este tema, perfecto en cada una de sus letritas. (si usted no piensa lo mismo, por favor no me lo diga).

imagínate
que desde muy niño
te llevaba flores, te daba mi abrigo
imagínate
que soy el amigo
de tu mismo grado
que lleva tus libros

imagínate que soy de tu calle
que siempre pasé por donde miraste
imagínate que hasta mi perro
me busca en tu puerta
cuando me le pierdo

imagínate que eres mi dama
mi último sueño
mi más roja flama
imagínate que somos nosotros
tú y yo para siempre
que no eres de otro.
.
.
.

palpico.

todos los días

quizás es la dependencia lo que me está matando, el sentir que voy en un bus con rumbo fijo del que no podré devolverme nunca. tengo ganas de salir corriendo, como esas clásicas novias fugitivas de las películas, tengo miedo a una cantidad innumerable de cosas. soy todo un caso. le digo al francesco que parece que tengo un carácter de mierda y él se ríe y me lo confirma sin problemas. porque así no más es.

. dice:
pero por que el resto debe omitir lo que uno es?
es una comodidad

maneki dice:
lo se
pero igual me gustaria no ser asi
no te pasa?

. dice:
si
todos los dias
a cada rato

nuevo pasatiempo favorito

siempre soy la última en dormirme en toda la casa. cuando era chica e invitaba a mis amigas, siempre era la única que quería seguir conversando hasta que amaneciera. al final, la mayoría de las veces me he quedado dormida en medio de un remolino de pensamientos sobre el día mismo, sobre mis amigos, sobre mis recuerdos y preocupaciones. pero desde hace un tiempo, antes de dormir, mi cabeza se mueve en torno a ti y a las cosas que dices, a tus gestos y a tu pelito suavecito. por al menos media hora, sonrío en la oscuridad al acordarme del roce de tu barba en mi cara. la verdad es que ya no me molesta eso de tomarme mi tiempo en quedarme dormida. estar así es incluso mejor que estar soñando.

frágil

quiero renunciar a mi cabeza. hay situaciones que me descomponen el ánimo, tan silenciosamente que a cualquiera le parecería una desquiciada. quizás lo soy y no debería preocuparme tanto, quizás sólo debería limitarme a aceptar que nunca voy a encontrar a nadie que pueda entenderme así, sin cuestionarme, pero sin omitirme. últimamente me he transformado en uno de esos días raros, ni nublados ni calurosos, en los que perfectamente podría desatarse una lluvia tormentosa o aparecer un sol radiante. en cualquier momento, las cosas cambian para mí. en cualquier momento, empiezan o terminan para siempre. en realidad, soy bien como el pico.

es la hora del pico

y no me puedo quedar dormida, por la chucha. mi mamá se debe estar vengando desde la esfera de lo real porque la ando pelando en la red. por su culpa me he quedado horas espiando otras vidas, cachando que hay gente linda, con nombre lindo y buenas letras y personas como yo, que nos destacamos por poseer una gran habilidad en la pérdida de pertenencias personales y por la capacidad creativa de dejar la cagada al menos 2 veces al mes en algún área de la vida. a nadie le falta dios.

nadie soportaría un invierno tan largo

iba a escribir otra cosa acá, pero ya que la motivación murió, me limito a describir puras huevadas. mientras pienso en lo jodida que ha sido esta temporada, mi mamá le dice a mi hermano que cuando me vaya a visitar a mi casa, esos maravillosos días en que viva sola, tendrá que sacar la basura de los sillones para sentarse porque yo no seré capaz de limpiar.
y yo le respondo "pero lo voy a pasar mejor que tú, mamá".

cuánto apostamos.

vida real

nunca había tenido la sensación tan real de tener dos personas en mi cabeza. seguramente, nunca había tenido la intención tan seria de portarme bien, de reaccionar idealmente a todas las gueás, pero la verdad es que siempre es más tentadora la otra opción, la hermosa opción, la sincera opción de mandar todo a la cresta. siempre que imagino las posibilidades, esa es la que se ve más colorida, más sonora, más respirable. siempre me detengo con más paciencia en la rabia que en la pena, dejo que pinte toda mi sangre, rebote contra mis pies y vuelva a mi corazón. y cuando pasa eso, sólo cuando todo se enfría, me pongo triste y ya no diseño planes de destrucción. me rindo y decido dejar que las cosas sucedan, que mueran solas.

enamorada ninja

siempre me sorprendo de las minas que llenan de teamos las páginas de sus pololos. si no fuera por este blog mamoncito, yo pasaría piola. la verdad es que si yo fuera niño, sería de esos que no se atreven a caminar en la calle con un ramo de flores en la mano, pero no por vergüenza: tengo un serio conflicto con las evidencias y las certezas. qué paja andar leyendo a cada rato algo que suena tan bien cuando lo escuchas después de muchas horas. por eso, esa y otras palabras sólo están reservadas para el niño que me gusta.

mensaje revelador encontrado en el baño del cine después de una película reveladora y anotado en mi celular

"sólo sé que se trata de ser persona. alguien te querrá como eres, seas como seas. lo digo por experiencia propia".

últimamente

los pensamientos más funestos, las conversaciones más tristes y las decisiones más definitivas suelen ser inventadas a esta hora, cuando todos duermen, que es exactamente cuando dejo salir a los fantasmas.

las bandas de mi vida I

jorge gonzález debe ser uno de los pocos ídolos de pendeja que sobrevivió al cambio de folio. estoy segura de haber escuchado a los prisioneros, por primera vez, en la radio destartalada de mi papá, mientras se sentaba en el patio a lustrar mis zapatos y los suyos para el lunes. aunque en esos años todavía no era capaz de entender lo que querían decir sus melodías gritonas, algo en la manera en que él los cantaba me hacía suponer que eran una cosa aparte de las cancioncitas de amor que se escuchaban todos los días, a todo volumen, en las calles del barrio.

los prisioneros llegaron a mis oídos como el primer ejemplo de la música con ganas de decir algo sobre lo que yo veía todo el tiempo, algo sobre lo que algunas veces comentaban los más grandes, algo en serio. quizás fue eso lo que llamó mi atención de cabra chica agrandada, y fue así como, intentando imitar a mi viejo, me volvi fanática de una banda que nada tenía que ver con mi edad, aprendiéndome cada estrofa y encontrándolos más y más bacanes a medida que los iba entendiendo.

hasta ahora me resulta complicado imaginar esos carretes ilegales que tantas veces me relató mi viejo, donde la noche era el momento ideal pa gritar las canciones de gonzález y soltar un poco la pica por la mierda que se estaba viviendo. en mi mente siempre se produjo una contradicción a causa de esa mezcla rara que fue tener 20 en una época tan penca y la sensación de encontrar en la música la posibilidad de refugiar las ideas que nadie quería pronunciar sin melodías que las hicieran pasar piola. a veces me da un poco de envidia, lata de no haber nacido en una generación que los fines de semana vacilara al ritmo de hits tan potentes como "no necesitamos banderas". pero mala cuea.

la música de ahora, si reclama, lo hace piolita, artísticamente. y yo a veces sólo tengo ganas de poner la radio y volver a escuchar algo que me haga pensar, algo que me mueva una neurona, eso mismo que hace tanto rato gonzález y cía. hicieron con mi mente de pendeja. la verdad es que lo conceptual ya me tiene podrida.

diagnóstico

no cacho qué me pasa
no sé qué tengo.
estoy exactamente como están las plantitas
cuando mi mamá dice
que se están muriendo de pena.

puta los días pencas

x.- ando como abandonada a mi suerte, sin cigarros y con hartos problemas.
x.- la u, además de fome, se puso cuática.
x.- no sé por qué cresta no cargo mi pendrive y me banco tres horas del ruido de un bus.
x.- me está empezando a dar el miedo, el presentimiento y todas las hueás esas en las que siempre acierto.
x.- no soporto la publicidad del mundial.
x.- no soporto el uso de la palabra "chula" y la gente que lo dice porque siempre suena muy sobrao.
x.- estoy destinada a que me pateen por piante, rara y enojona.
x.- no me gusta hacer sorpresas porque tengo ganas de contarlo todo el tiempo y sufro.
x.- uno debería tener derecho a almuerzo varias veces al día.
x.- quiero andar en el metro vacío, muchísimas estaciones. llegar a domínicos y devolverme a san pablo hasta que me den ganas de vomitar.
x.- estoy pensando en hacer desaparecer esta cosa.
x.- me deprime leerme.
x.- y quiero una cerveza y la casa pa mí solita.

boletín quincenal de mi vida

en esta edición:
-"no recuerdo cuándo fue la última vez que vi a mis amigas".
- el profundo odio de los jóvenes hacia su rutina universitaria
- pendejas e inseguras: el flagelo de las relaciones amorosas
- el verdadero antidepresivo de nuestros tiempos: las papas fritas
- reportaje: cómo mejorar tu suerte de mierda en 10 días
y mucho más.

en resumen, no estoy tan bien.

semanas de mierda

mi momento favorito del día de hoy sucedió cuando empezó martín rivas. está muy buena. a la teleserie le debo el peak del índice de felicidad este lunes.

on fire.

un clásico de todos los lunes

aquí estamos, como siempre, filosofando sobre la mierda en la que se puede convertir la vida cuando haces ceder el elástico, cuando la tarea de todos los días es calcular cuántas cosas que no te importan puedes obligarte a hacer sin morir en el intento. la pena y la desesperación llegan en formas más civilizadas, ya no me aislo de la gente, aunque me moleste escucharlos en los momentos más críticos y sólo quiera salir corriendo. en el fondo de mi corazón, la tormenta queda reprimida hasta que se hace de noche y soy capaz de ponerme a llorar de puro acordarme de esta dinámica de siempre, en la que, sin excepción, termino escribiendo algo parecido a esto para despertar al otro día y hacer como si nunca hubiera sucedido nada. no puedo evitar pensar que, al final de todo, estoy sola y el "i'm not here, this isn't happening" ya no le queda bien a mis 21. quién sabe, quizás sólo necesito crecer y cachar que en todas partes la cosa es más o menos así. que estoy sola, pero que no soy la única.

paseo de domingo

por alguna razón, hoy no me molestó despertarme temprano. llegué casi puntual y te ubiqué a lo lejos, leyendo un folleto con atención. me acerqué rapido para que no me vieras y te abracé. fue el primer momento bacán del día. comenzamos el paseo cuando tú quisiste ir al banco central y te acompañé a hacer una fila de muchísimo rato que casi no noté, hasta que empezaste a bostezar y a rascarte un ojo como siempre que estai comenzando a aburrirte. en la fila, lograste simpatizar con una señora que se enojaba porque la gente no respetaba los puestos de la fila y te tomabas muy en serio el asunto cuando alguien trataba de hacerlo. cuando entramos, me enseñaste por qué no pueden hacer más y más billetes y bromeamos sobre todas las cosas posibles dentro de ese lugar tan serio. también vimos monedas antiguas y billetes viejitos. a la salida, nos apuramos para ir a ver un documental que ya había empezado y estabai un poco triste porque no alcanzamos a llegar y porque tu recorrido de los patrimonios ya se había terminado, pero yo estaba contenta de estar contigo desde la mañana. nos fuimos a comer a estación central. almorzamos mientras me molestabai por algo que no recuerdo y yo me comía tus papas fritas. tomamos micro y nos bajamos en la biblioteca de santiago a hacer pipí. jaja. seguimos nuestro tour hacia el parque quinta normal, ese lugar que nunca me va a recordar a otra persona que no seas tú. buscamos un espacio con solcito, pero finalmente nos quedamos en uno donde el pasto no estuviera tan mojado por la lluvia de ayer. nos recostamos ahí hasta que se hizo tan de noche que apenas podíamos distinguir los árboles. el tiempo pasó horriblemente rápido y a la salida nos tomamos un kapo de frambuesa. para pasar el frío y aprovechar un último rato juntos, nos refugiamos en el metro. ese metro que también me recuerda solamente a ti. ahí jugamos y hablamos de muchas cosas distintas. te pregunté qué figura acababa de formar con mi bombilla del kapo y me dijiste que un pentágono, pero no porque era una octaedro. te reíste y me abrazaste. no me quería ir, pero ya era tarde. mientras esperábamos la micro, se me ocurrió una historia para ti y empezaste a enojarte de mentira. miré unos edificios y te dije que allá estaba nuestro departamento, "¿vamos?". me dijiste que sí, con tu típica cara terriblemente tierna de pendejo contento. "pero pasamos a comprar algo para comer, ¿ya?" me abrazaste de nuevo. al ratito pasó la micro y después de un rato de muchas despedidas, te fuiste a estación central.

de vuelta a casa, me vine sonriendo todo el viaje.

reflexión del día

los hombres son todos iguales y yo soy igual a todas las minas y buena onda con eso.

ahora que lo pienso

la extraña conexión madre-hija se hace presente en días como éste, cuando no voy a clase de lectura de poetas porque ya tengo suficiente con mi propia pena acumulada. mi mamá me deja dormir todo lo que quiero y me despierta sólo para almorzar. no me pregunta por qué sigo en pijama a las 4 de la tarde y casi parece que entendiera todo lo que me pasa. casi.

krafty

estuvimos sentados en las banquitas de estación central, cerca del carrusel que ya no estaba funcionando, rodeados de mucha gente que pasaba rápido, en otra. no sé por qué de pronto te empecé a hablar de mis cosas y no sé por qué de pronto sentí que por primera vez me prestaban atención. fue como si te conociera desde pendeja. algo me conmovió para siempre en tus ojos muy abiertos y en la forma en que me abrazabai, justamente, cuando te decía las cosas que me daban más pena. no lo voy a olvidar en mucho rato.
erís taaaan bacán.

mañana

mañana tengo que ir a la u. tengo 4 clases perfectamente aburridas y no sé cuál de todas me importa menos. mañana tengo que ir a la u. tengo que tomar el bus temprano, cruzar la pasarela, esperar el transfer, pensar en cosas evasivas y esperar a que la hora avance hasta el momento en que pueda volver a mi casa. a la casa de mis viejos.

antes de volver, tengo que tomar el bus, la micro y el transfer de nuevo. cruzar la maldita pasarela. tengo que tratar de dormir para no darme cuenta de que paso mucho rato en eso, viajando de un lado a otro. hacer como que es normal, aunque en verdad no quiera estar ni aquí, ni allá.

no quiero un día más así.

me gustas caleeeta

desde ese segundo exacto en que decidiste tomarme la mano, una noche post-carrete de la que ya no esperaba nada, las cosas vienen siendo más que bacanes. quiero dejar en claro que, si es necesario que pierda mis cosas día por medio y otros episodios desafortunados sucedan con alarmante frecuencia a cambio de tenerte como pololo, yo no me quejo más. nunca más.
en serio.

vieja

los años no pasan en vano. 4to de universidad, siempre pensé que sería bacán, en verdad todo se va poniendo más y más fome. foooooome. de a poco siento que mi vida deja de ser tan adolescente como quisiera, que tengo 21, que estoy a pasos de titularme y ser una vieja de mierda. ya no me mando cagadas en los carretes, no me emborracho al punto de vomitar y hacer que alguien me vaya a acostar, no leo libros que no tengan que ver con el periodismo, ya no escucho tanto a los beatles, ya no voy todas las semanas a un café con mis amigas, ya no voy a la biblioteca de santiago, ya no llevo mi cámara a todas partes, ya casi no tomo fotos, ya no vamos a bandera a buscar ropa, ya no me junto con gente que no conozco, ya no uso pantys de colores.

me gustaría volver a un día en que mis preocupaciones se repartan entre la psu, las 112 formas de molestar a mis compañeros y la excusa para no hacer educación física. sé que al final es mi dilema de siempre.
vivo pensando en cómo volver.

la última vez

son las 6 y ya hace harto frío. me carga andar cagada de frío. ya no sé si me gustan tanto los días así, ni siquiera sé si me gustan un poco. han cambiado las cosas y entre esas hay un par más importantes que mi opinión sobre los tardes heladas. es un hecho. después de los momentos de crisis universitaria, hay un clásico momento en que el tiempo libre, tan repetino, me ataca como una pesadilla de varios días de duración. y empiezo a pensar.

no sé por qué las cosas terminaron así, sólo tengo sospechas. me da pena y me hace recordar lo frágil que es todo lo que se construye a esta edad, da lo mismo que siempre parezca que puede ser distinto a lo que pasa con los demás. esa maldita manía de pensar que las cosas siempre pueden ser diferentes es una gueá, al final.

ya no tengo por qué fingir indiferencia. aunque quisiera adoptarlo como método para la superación de capítulos de esta naturaleza (demás que vienen unos cuantos más) no me funcionaría. al final soy siempre la que queda más triste. ya no puedo hacer que la pena se vaya fumando cigarros. la verdad es que vivo perdiendo cosas todo el tiempo, pero nunca, nunca voy a acostumbrarme a estos episodios.

y será po.

libros,

"llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamientos, como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles, y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo".

el ingenioso hidalgo de don quijote de la mancha, m. de cervantes.

cinco

si revisáramos los grandes éxitos de mi vida, seguramente habría una canción dedicada a este día. una con harta guitarra y letra de pendeja antisocial. ahora que han pasado 5 años desde que conocí ese tema, creo que, por primera vez, estoy totalmente decidida a sacarlo de mi pendrive y a dejarlo en paz. la verdad es que no sé en qué momento se convirtió en una de esas canciones que me salto por inercia, pero ya no hay dudas.

hay otra sonando en mi cabeza.
y es lo mejor que he escuchado en mucho rato.

you think you know yourself, but you don't

definitivamente caigo con facilidad en los hueveos mentales de otras personas. no es difícil para nadie cagarme la psiquis un rato. una frase, una canción, cualquier cosa. por alguna razón, alguien en el mundo entendió esto muy bien y ahora me siento como a la intemperie en pleno invierno. hazme pensar todas las gueás que quieras, bacán.

cosas que necesito con urgencia

ver a mi pololo, que alguien me haga el almuerzo para mañana, un cerebro que entienda lo que lee, que el maneki no haga ruido cuando mueve su patita, que sean las 8 y no las 11.30, que mi universidad se mueva unos cuantos kilómetros más cerca de mi casa, que mi pendrive siempre tenga batería, dejar de perder cosas, un pijama nuevo calentito, unos cigarros con la cami, un tema bacán para mi ensayo, un jarabe contra la flojera, no tener que bañarme, no pasarme tantos rollos, un pasadizo secreto que no me haga subir más la pasarela, que en curauma no haga tanto frío, que los cigarros estén más baratos, expresar correctamente mis ideas cuando hablo, no querer faltar tanto a clases, un par de buenas canciones nuevas, un día diferente, otro gato, que la pelu no quiera estar arriba del notebook, saber usar la alarma del celular, dejar de meterme en lo que no debo, tener más sueño y ver a mi pololo.

run

llevo dos días saliendo sin celular. no sé cuál es mi objetivo, si es que lo tengo. estoy perdida, confundida, rara. necesito una chelita y unos cuantos días lejos de todo lo que me sucede. necesito a mis amigas y unos días en cama, con la pelu y la cabeza apagada, inútil y sin ecos. tengo un conjunto de tincadas negativas, feas y pesimistas a las que no puedo evitar hacerles caso. ojalá me esté equivocando, pero no lo creería ni aunque dios apareciera en mi pieza para decirme que todo es parte de mis traumas. no lo creería, dudaré hasta el final. hasta que mis dudas sean consumidas por los acontecimientos. metafísica, en volá.
no sé qué mierda, pero ya empezamos de nuevo.

blowin' in the wind, según dylan

hoy no ha sido un día malo, ni bueno. creo que odio más esa clase de días que los días malos. estuve en valpo, pero no fui a clases. viajar me da una lata terrible. mientras fotocopiábamos me perdí un rato en los avisos de arriendo y me imaginé ahí, abandonada y pendeja como en el 2007, fumando en la cama, preocupada de subsistir. a la vuelta, no tenía música ni algo donde escribir. maaal. me puse a mirar el paisaje que nadie se sabe tan de memoria como yo, con sus avisos publicitarios, sus casitas abandonadas y sus cementerios, y me fui pensando en lo último que me asusta: el estar un paso más allá de donde debería estar. no tengo muchas certezas sobre lo que estoy viviendo ahora y parece que por primera vez las necesito. pico. quiero ubicar mis miedos en el último lugar del ranking de pensamientos diarios, pero por alguna razón siempre están primeros. necesito comenzar a pasar más rato sola, volver a sentir que no hay mejor compañía que un cigarro y un lugar donde escribir. volver a las viejas rutinas.

más o menos así está la cosa.

bien simple

mi pololo es el único que no se enoja cuando mis respuestas se vuelven puros monosílabos. tiene el pelo más suavecito del mundo y la sonrisa más tierna que he visto en mucho rato. aunque pienso que a veces no me cree, no me importa que no haya visto mis películas favoritas y que le guste el fútbol. no me enojo porque siempre tenga sueño. encuentro divertida su forma de relacionarse con las personas desconocidas y me gusta que sea capaz de atreverse a preguntar o a pedir cosas sin vergüenza. por alguna razón, su aparición ha consagrado una serie de eventos afortunados extrañísimos en estos momentos de la vida. canciones, lugares y mensajes han comenzado a ser parte de mi selección de recuerdos favorita. mi pololo es el único capaz de arreglar hasta el más malo de los días y no me molestaría dejar que lo siga haciendo durante mucho tiempo más. no quiero moverme un centímetro más lejos.

feliz cumpleaños.

perfect

estar triste me hace volver por inercia a todas las cosas que me ponen más triste. no sé cómo, ni por qué, pero hoy retrocedí unos cuantos meses atrás. me encontré de pronto, hablándote como si nunca hubiera sucedido nada. una actitud que toda la gente a mi alrededor criticaría y no me importa. hasta ahora, aunque a veces no me guste saberlo, eres la persona que más me conoce. al final, todo sucedió igual que en la canción: "we're just like old friends".

monotemática

llevo mucho rato mirando la pantalla, tratando de escribir sobre algo que no tenga que ver contigo. me rindo. hoy estás en todas partes, peor que nunca. o mejor. tengo que resignarme a mi realidad:
estoy en serios problemas.

9

los 21 se sienten un poco más distinto a los anteriores. por segunda vez en la vida, siento que estoy avanzado lejos de casa, con más cigarros en el cuerpo y una tasa mucho menor de penas diarias. los planetas parecen haberse acomodado un fin de semana para darme de regalo la sensación de estar rodeada de la gente que más necesito. a un par de horas de las risas, el humo y la playa, no puedo menos que agradecerle al universo la posibilidad de compartir mis veintitantos con gente tan seca.

parece que no tengo tan mala suerte.

no va a funcionar (o en volá sí)

el presentimiento mismo se siente tan fuerte y pesado como la peor de las pesadillas. me siento a años de aquí, bien pendeja, soñando algo feo que nunca se termina. quiero escapar y no sé cómo se hace. no sé cómo se hace y la estoy cagando. retirarse con dignidad o morir en el intento, he ahí el dilema.

edición.



morir en el intento.

raandom

1.- qué onda las últimas 24 horas
2.- definitivamente ya no tengo que andar a pata pelá
3.- parece que caí en una mentira cruel. debo tener un doctorado en estupidez con mención en transporte público, pérdidas e ingenuidad
4.- pena
5.- según los expertos, el cambio de hora debería ayudar a las personas con problemas para dormir
6.- filo con eso
7.- no me sirve de nada escribir acá si ando tratando de hacer pasar piola algunas gueás
8.- abril se supone que la lleva
9.- the secret of the life is have not fear. (me va a ir mal en la vida).
10.- lo peor de todo es que los míos nunca se equivocan.
11.- filo. FILO, para que me quede claro.

chau

tal como escribiste una vez, cuando comenzó todo, tomamos caminos distintos. es tan extraño y complicado para mí hacer que la vida siga, nunca he encontrado normal eso de querer a alguien como nunca quisiste a otra persona para luego ni siquiera saludarlo en la calle. nunca he entendido la idea de desechar amigos como se hace con las bebidas. a la distancia, a veces cierro los ojos y recuerdo los mejores momentos. aparecen nítidos uno a uno y me pongo contenta como si otra vez estuvieran sucediendo. eso espanta todos los demonios, toda la pica. sonrío relajá y, sin mala onda, les envío la suerte de todos los manekis del mundo. a ambos.

odnumiar

dos palabras que me gusta pensar antes de dormir: "mi+pololo". más allá de un tema de pertenencia, mi mente vaga por la serie de situaciones que permitieron que te conociera, por los días juntos y por lo bacán que te encuentro cuando te miro de lejos, cuando estoy contigo, cuando te recuerdo y cuando hablo de ti. por la suerte que tengo de estar contigo, algo que quizás debería agradecerle al maneki. y entonces, como un deja vú, me acuerdo de esa mañana en que llegué a mi casa después del primer beso, de la siesta extraña que intenté dormir y de haber despertado, al ratito, preguntándome si acaso no había soñado todo (sé que suena terriblemente cursi, pero de verdad desperté preguntándome eso). la sensación en mi guata al concluir que no fue un sueño es la que se repite todas las noches cuando me acuerdo de que parece que yo también te gusto, que estai conmigo y que no te molesta tanto que yo sea un cacho.

cerveza tibia

me pregunto si acaso al doctor de mentes le molestaría atender a una paciente que opte por contarle sus problemas mediante vía escrita. no le pego mucho a expresar mis traumas en voz alta. lo más seguro es que mi momento de presentación empezara así: "doctor, estoy acá porque tengo tendencia a estar triste, en especial durante la madrugada de los sábados sin carrete..."

siempre he pensado que -considerando la inversión económica- leerme las cartas resulta más esperanzador.

desdicha

hoy me desperté pensando en las 123 razones y en las 12 excusas posibles para faltar a clases. ninguna fue más suficiente que la culpa. mientras me comía una tostada, mi impresora se atascó con la única copia posible del pagaré de mi crédito universitario. mientras pensaba en la desgracia, choqué con la silla y mi taza favorita de café se rompió en mil pedazos. por si fuera poco, rompí los audífonos de mi hermano. por si fuera poco, le dije a mi mamá que mi termo de comida estrenado hace 1 semana y perdido hace 2 días está en la casa de una amiga. televisa debería hacer un guión con mi vida inclinada a la tragedia cotidiana. soy la protagonista perfecta.

conclusión final de la noche

estoy enganchá.

fortuna

mi maneki neko ha estado sin pila desde hace un par de semanas. hoy le puse una vieja y volvió a funcionar. le tengo fe al maneki. en volá me ayude a dejar de ser tan torpe en mi interacción con las personas y de paso le sane la herida al inuyasha. lo miro mover su pata durante harto rato y me imagino que secretamente está conspirando porque las cosas me salgan bacán, aunque no lo merezca. él y yo tenemos claro que no merezco ninguna gueá, pero igual no más le tengo fe.

los barcos

estoy encubiertamente bajoneada por cosas que no entiendo bien. todavía no puedo hacerme cargo de mis casi 21. todavía lo paso mal por gueás que sólo serían aceptadas por diario de vida viejito, el que se partió en dos y desató la tragedia. a veces sólo tengo ganas de dormirme al lado de la pelu y soñar durante horas sobre toda las cosas que me gustan, para despertarme indiferente a la realidad e inmune a los miedos. he esperado mucho tiempo por el momento en que mi rutina se acomode a un ritmo inalterable, donde no existan las expectativas ni las decepciones. estar ni ahí con todo, ahí es donde quiero estar.

me encantas

a estas alturas de la vida -tan tempranas- ya tengo inspiración suficiente para situarte solito en un capítulo de mi existencia pendeja. hasta ahora las cosas han sido tan bacanes que apenas puedo creer que en verdad no es otra invención de mis viajes en micro. el susto me hace gastar el tiempo en huevadas como intentar frenar el curso natural de las cosas, al revés de como era siempre. donde sea que ande ahora, y aunque esté triste, me acuerdo de ti y sonrío. no importa que no sea tan original. no puedo dejar de estar contenta ante la idea, quizás ingenua, de que te pase lo mismo conmigo.

:(

mi rabia siempre muta hacia la pena. de tantas situaciones extrañas de hoy, el saldo final de la noche no puede menos que tenerme acá, escuchando las canciones de siempre, sintiéndome como después de un atropello. me acuesto mirando hacia el techo y voy secando cada gota tonta que por alguna razón sale de mis ojos e impido que llegue hasta la almohada, como si así pudiera fingir que no está sucediendo. de fondo, mi mamá me reta por algo que no escucho. yo sólo pienso en las sombras de mi techo y así me voy apagando.

pasto y cerveza

lo que más me gusta de la chela es que no alcanzo a darme cuenta del momento exacto en que las cosas avanzan más lento. ya de noche, estábamos hablando de algo y sé que empecé a decir estupideces y traté de pasar piola hasta que me dio risa y me tapé la cara y me abrazaste y nos caímos al pasto. pocas veces en la vida uno puede jactarse de haber tenido ganas sinceras de que las cosas llegaran hasta ahí, no más, de apretar stop. me da miedo que el efecto cerveza pueda expandirse a otras situaciones, que sin haber tomado un vaso tampoco me de cuenta del momento exacto. "usted debería ser un sabor de helado".

r

mi día empieza contigo en mi cabeza a propósito de cosas que no tienen ninguna relación. en medio de la flojera y la sensación de mi guata vacía, me acuerdo de ti y de algún detalle tuyo que justo en ese momento me hace pensar que no puedo tener más suerte. me dan ganas de verte o de incluirle a mi día algo más concreto que el conjunto imaginario que tiene tu nombre. me dan ganas de escribirte algo más digno que esto que estoy escribiendo y que vale callampa. sinceramente, todo lo que pueda decir acerca de este tema es una mentira si alguien me pide objetivar y tratar de ser realista. en mi cabeza, en mi corazón y en mi rutina diaria, eres mucho más de lo que puedo contar.
y la llevai.

sick sad world

van varios días raros. mi mundo se divide entre mis tragedias personales insignificantes y la pena que se come a mi país. es extraño tener que compatibilizarlos, comprender que soy una pendeja que después de todo tiene suerte y tratar de quedarme callada. tratar de ayudar, tratar de hacer algo. siempre tratar. es difícil masticar el menú que hoy ofrecen los periodistas, tragar el aire todavía seco de las calles e ir en la micro mirando las huellas, con la mente en otra parte. siento como si todavía estuviera viajando, cruzando los paisajes más lindos que he logrado ver, reconociendo animales, personas y arbolitos que probablemente hoy no existen. me da pena y la vida sigue. como siempre.

pirateo

ningún lugar está aquí o está ahí
todo lugar es proyectado desde adentro
todo lugar es superpuesto en el espacio

ahora estoy echando un lugar para afuera
estoy tratando de ponerlo encima de ahí
encima del espacio donde no estás
a ver si de tanto hacer fuerza si de tanto hacer fuerza
te apareces ahí sonriente otra vez

aparécete ahí aparécete sin miedo
y desde afuera avanza hacia aquí
y haz harta fuerza harta fuerza
a ver si yo me aparezco otra vez si aparezco otra vez
si reaparecemos los dos tomados de la mano
en el espacio
donde coinciden
todos nuestros lugares

ninguún lugar está aquí o está ahí, oscar hahn (un seco).

bajón

tengo pena. tengo miedo. tengo todas las cosas malas a causa de una cosa buena. me da lata. siempre encuentro razones para estar así, podría estar en una banda con john lennon y thom yorke y demás que me daría la gueá y los dejaría botados. así de tonta. demás que tengo depresión endógena y exógena o mixta y crónica y mortal. y si me muero algún día no va a ser culpa de los cigarros. voy a estar sola porque mis miedos se llevaron a todos.

por eso envejecemos

¿por qué tengo que tener paciencia? soy un desastre con buenas intenciones. a mi alrededor la gente se esfuerza por cagarme la onda y ya fue suficiente. en las autopistas no te dan mucho tiempo para decidir, si no alcanzas a virar hacia el lugar que quieres, tienes que darte una vuelta de mierda que ocupa bastante tiempo más de lo estimado. ya estoy en esas circunstancias y debí haber virado hace rato. no voy a seguir mirando fotos y pensando que las cosas pueden ser como antes, no pienso tener pena. no puedo ser indiferente a las cosas que debería, pero lo voy a intentar. estoy decidida a aprender a decir filo, del corazón hacia afuera. ahora sí que sí.

vida real

estaba lloviendo tan fuerte que no pude seguir durmiendo. sabía que sería un mal día. hace rato que no tengo uno de esos que se supone que son buenos. se me han olvidado un par de cosas que quería hacer a la vuelta, estoy comenzando a acostumbrarme a no esperarlas. esto es lo más parecido a una terapia de olvido. lo más, más parecido. soy un perrito atado a un árbol y mientras pensaba en cómo escaparme, me quedé dormida.

running over the same old ground

wish you were here es uno de los temazos de pink floyd que le dio sentido a todos los momentos depresivos de mi adolescencia. no es tan original que digamos, pero cuando la escuché en la voz de thom york no pude enamorarme más y odiar al mismo tiempo que incubus tenga un tema que se llame igual y que na que ver. han pasado años desde que lo escuché por primera vez y siempre ocupa el mismo lugar en todos los pendrives de mi vida: el primero en la lista de reproducción de los días tristes y el más saltado cuando quiero estar contenta.

wish you were here - thom yorke/sparklehorse.

driving nowhere

no sé hacia donde voy manejando, pero voy contenta. este es un viaje sin mapas. descubrí que el destino no importa si ir viajando juntos ya nos resulta más que suficiente para estar contentos. ahora disfruto dos veces mis días, me puedo quedar una hora esperando micro después de verte, escuchando música o repasando diálogos y no me aburro, nunca me aburro. lo último que me pasa contigo es aburrime.

apenas a un mes de distancia desde el inicio de la conspiración del universo, no puedo menos que sonreír por cómo las cosas han decidido suceder.

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en urgencias, un sábado por la noche, me sentí una pendeja de nuevo, apretando la mano de mi mamá y mirando los focos blancos del techo, esos mismos que protagonizaron mis peores pesadillas a los 8 años. cuando llegas al hospital en condiciones terribles que no pudieron ser solucionadas con un analgésico o unas cuantas horas de siesta, es cuando te das cuenta de lo frágil que eres. parece que todos tenemos que pedir ayuda algún día, todos. incluso yo, la autodeclarada enemiga de los tipos de delantal blanco.

veranito

invierto horas tratando de escribir algo que se parezca mínimamente a lo que me pasa, a lo que lleva un rato pasando y de verdad no puedo y no voy a poder y pico. estos días me comieron todas las palabras, mi rutina ya no es la misma desde ese madrugada en que pasó todo y ahora ando tonta a más no poder, mitad contenta, mitad asustada, tratando de hacer pasar piola las sonrisas que me atacan de repente y procurando no irme demasiado en la volá.

parece que había olvidado cómo se sentía eso que con la sofi llamamos vuelta de carnero de la guata. ahora lo tengo suficientemente claro y por el momento no necesito nada más, excepto, quizás, que te quedes otro rato.

la corriente

sé que hice las cosas mal y nadie me ha puteado lo suficiente. la opinión más hardcore hasta el momento fue enunciada tan pobremente que no pudo ofenderme menos. sólo me enojó lo barsa. hasta ahora, las cosas han sido bacanes, pero a veces me siento triste y culpable. a mi favor está lo típico: que soy pava, que no quise, que puta, la cagué, como todos. quisiera borrar lo que pasó y lo que no retrocediendo, como cuando estoy en la u, estresada porque todos escriben profusamente y yo pierdo el tiempo arreglando una línea. una línea fue todo eso, una que quise escribir y parecía buena y de pronto dejó de tener sentido y quedó ahí, sola.

lo que sigue es masticar el episodio, tragármelo y seguir. asumo mis errores y los de los demás, cacho que la cagué y por eso hago lo más significativo que en mi mundo se puede hacer antes de pescar la bici y volver a pedalear: escribirlo. queda aquí, para la vida. para que nunca más.

hogar

mis 20 años ya no caben en esta casa. tengo ganas irremediables de escuchar mis discos favoritos a todo volumen, de nunca prender la tele, de fumarme un cigarro después de almuerzo. los días no son como quisiera, ya ni siquiera tengo ganas de hacer mía esta pieza. quiero irme de acá y no en mala onda con alguien, sólo porque de verdad lo necesito. necesito volver a mandarme sola.

el viaje

nunca me había sentido tan intrusa en medio de los árboles. lo que parecía un viaje un poquito lejos terminó siendo una travesía a la cresta, realmente distante de la vida real, donde los animales no le piden permiso a nadie para pasearse entre los cerros. las horas pasaron rápido, la rutina se transformó en una nueva palabra para mí, le dí connotación positiva, distinta a esa que siempre me recuerda la mezcla de sueño, clases y obligación de la vida marzo-diciembre. nunca había tenido tan pocas ganas de volver a casa.

allá, lejos, incluso extrañar se sentía bien. mis momentos favoritos eran después de la ducha de la tarde, recién abrigada con mi polerón al revés, calentando agüita para un rico café con pan amasado. el silencio, el cielo de noche, la mezcla de sacos de dormir y el teléfono apagado son cosas que voy a recordar cuando en mayo, como todos los meses, tenga ganas de pegarme un balazo, aburrida de la ciudad, los viajes obligados y de estar triste. gracias por tan amable recibimiento, naturaleza.

r.

por suerte mi cabeza no perdió entre el desorden esos segundos exactos que pertenecen a la primera vez que te vi. esa noche en medio de un montón de locos ebrios y drogados, entre los cuales nos contamos, inconscientemente decidí que no te pescaría. y así fue. dediqué todo lo que era mi carrete personal a pensar huevadas, subirme a una reja, balancearme y a seguir pensando huevadas. ahora que estoy lo suficientemente cuerda para reflexionarlo, descubro que algo me pasó contigo desde ese momento o quizás desde más tarde, en la primera micro, ese mini segundo en que me miraste y te miré. en volá todavía después, en la segunda micro, cuando le decías en su cara a un loco que estaba recitando un poema que te parecía malo. mientras me reía de la reacción del tipo y de tu tranquilidad que, real o ficticia, parecía demasiado real, noté que tenías algo bacán que nunca había visto en nadie, algo que todavía no identifico claramente. una cosa que me encantó y me dejó pensando aún más cuando, todavía ebrio, te bajaste de la micro de los últimos y te despediste de mi, mirándome y diciendo mi nombre, bien claro. tan atontada quedé que parece que sólo sonreí.
típico.

me acuerdo tan bien que me da vergüenza.