martes, enero 19, 2010

r.

por suerte mi cabeza no perdió entre el desorden esos segundos exactos que pertenecen a la primera vez que te vi. esa noche en medio de un montón de locos ebrios y drogados, entre los cuales nos contamos, inconscientemente decidí que no te pescaría. y así fue. dediqué todo lo que era mi carrete personal a pensar huevadas, subirme a una reja, balancearme y a seguir pensando huevadas. ahora que estoy lo suficientemente cuerda para reflexionarlo, descubro que algo me pasó contigo desde ese momento o quizás desde más tarde, en la primera micro, ese mini segundo en que me miraste y te miré. en volá todavía después, en la segunda micro, cuando le decías en su cara a un loco que estaba recitando un poema que te parecía malo. mientras me reía de la reacción del tipo y de tu tranquilidad que, real o ficticia, parecía demasiado real, noté que tenías algo bacán que nunca había visto en nadie, algo que todavía no identifico claramente. una cosa que me encantó y me dejó pensando aún más cuando, todavía ebrio, te bajaste de la micro de los últimos y te despediste de mi, mirándome y diciendo mi nombre, bien claro. tan atontada quedé que parece que sólo sonreí.
típico.


me acuerdo tan bien que me da vergüenza.

0 comentarios:

 
Todos los derechos reservados Pianitou Sociedad Anónima.