desde que viajo tan seguido en bus tengo más tiempo para pensar. hoy me vine repasando el año y de pronto comprendí que ya no lloro por las mismas cosas, que sé cocinar y que he conocido a más de un par de personas totalmente bacanes. a veces pienso que si me pusiera a reflexionar mucho sobre ello podría llorar todo un día de felicidad y de nostalgia pero tampoco es la idea. me gustan mis amigas nuevas, son individuas raras y magníficas. me asombran y a veces me hacen enojar, pero la mayor parte del tiempo concluyo que es una suerte haberles caído bien y que incluso todo se pudiese desarrollar más allá de los típicos saludos a mitad de pasillo en la u. me desespera la idea de que algún día me dejen de querer o recordar.
siempre cuando tengo pena porque hay alguien muy bacán en mis manos que sé que se puede caer termino pensando que, a todos esos alguienes, les voy a escribir una carta donde les diga lo mucho que las quiero para que así lo tengan en cuenta al menos un ratito. al menos a mí siempre me sirve de recordatorio. y eso es porque lo peor de todo en la vida para mí es que la gente, cuando se enoja, suele olvidarse de que uno de verdad los quiere aunque se pongan pesados o aunque uno mismo se ponga pesado.
siempre cuando tengo pena porque hay alguien muy bacán en mis manos que sé que se puede caer termino pensando que, a todos esos alguienes, les voy a escribir una carta donde les diga lo mucho que las quiero para que así lo tengan en cuenta al menos un ratito. al menos a mí siempre me sirve de recordatorio. y eso es porque lo peor de todo en la vida para mí es que la gente, cuando se enoja, suele olvidarse de que uno de verdad los quiere aunque se pongan pesados o aunque uno mismo se ponga pesado.