yo no esperaba mucho de estos tiempos desde hace un par de años. eso de tener tantas expectativas siempre, me enfermó cuando entré a la universidad y me encontré con la misma mierda de siempre con más vocabulario. esa misma clase de persona a la que le importa muy poco lo que esté sucediendo alrededor, que no es una cosa inherente de los cuicos, ni de los pobres, pero que está en todos lados igual. después de tanta decepción, para estos días sólo esperaba encontrarme en cualquier lugar, escribiendo alguna cosa por unos pocos billetes en mi bolsillo que fueran modelando, más o menos, la vida libre. pero no, una mezcla de coincidencias e iluminazos me sorprendieron, la cosa es mejor de lo que pensaba. esa sensación impagable de haber caminado hasta acá con todas esas historias y esas personas y encontrarle sentido y no dejarme llevar por lo que está clásicamente bien, sino que llenar esa decisión (como hace cuatro años) con todas mis ganas y mis convicciones y sin miedo a las preguntas, a las caras raras, a la falta de reconocimiento. mandar de todo corazón a la cresta todo eso.
es tan bonito encontrar al fin que la cosa está empezando a ir bien, que esto de crecer no es esa mula que nos vendían en el colegio y que sonaba tan mal, que no tiene nada que ver con perder la imaginación y la realidad del mundo laboral no es ninguna cosa monstruosa. lo que me parece verdaderamente monstruoso es haber perdido tanto tiempo en la u y en las buenas notas y toda esa basura que uno cree tan importante. después de todo, ahora es momento de aprender y creo que tomé un buen atajo.
no sé cómo terminar esto, pero estoy contenta.