al final del día

salir del jumbo, llenos de bolsas con golosinas y alguna inutilidad comprada por mí, riéndonos de alguna tontera como siempre, robándote besitos mientras pasa la micro y, durante el viaje, quedándome dormida sabiendo que me despertarás justo cuando estemos cerca de casa. de nuestra casa.

si existen los sueños, ese es uno.

krafty

estuvimos sentados en las banquitas de estación central, cerca del carrusel que ya no estaba funcionando, rodeados de mucha gente que pasaba rápido, en otra. no sé por qué de pronto te empecé a hablar de mis cosas y no sé por qué de pronto sentí que por primera vez me prestaban atención. fue como si te conociera desde pendeja. algo me conmovió para siempre en tus ojos muy abiertos y en la forma en que me abrazabai, justamente, cuando te decía las cosas que me daban más pena. no lo voy a olvidar en mucho rato.
erís taaaan bacán.

me gustas caleeeta

desde ese segundo exacto en que decidiste tomarme la mano, una noche post-carrete de la que ya no esperaba nada, las cosas vienen siendo más que bacanes. quiero dejar en claro que, si es necesario que pierda mis cosas día por medio y otros episodios desafortunados sucedan con alarmante frecuencia a cambio de tenerte como pololo, yo no me quejo más. nunca más.
en serio.