van varios días raros. mi mundo se divide entre mis tragedias personales insignificantes y la pena que se come a mi país. es extraño tener que compatibilizarlos, comprender que soy una pendeja que después de todo tiene suerte y tratar de quedarme callada. tratar de ayudar, tratar de hacer algo. siempre tratar. es difícil masticar el menú que hoy ofrecen los periodistas, tragar el aire todavía seco de las calles e ir en la micro mirando las huellas, con la mente en otra parte. siento como si todavía estuviera viajando, cruzando los paisajes más lindos que he logrado ver, reconociendo animales, personas y arbolitos que probablemente hoy no existen. me da pena y la vida sigue. como siempre.
3 comentarios:
solo queda sacar fuerza de donde no hay, y seguir creyendo.
me senti identificado con lo que escribiste.
Es el inevitable ego-ismo humano, ontológico. Todo acto y pensamiento pasa primero por uno y luego al resto. No te sientas mal, es sólo una característica humana, demasiado humana.
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