sí, si le doy color. nunca confíes en las montañas rusas, aunque tengan aspecto seguro. cuando llegas a la fila del juego, ya no hay tiempo para arrepentirse. nadie te obligó a subirte. esta pésima analogía se aplica al amor, a la universidad, a las elecciones sobre la ropa y a las películas, entre otros.
a mí también, por supuesto.
a mí también, por supuesto.
1 comentarios:
odio verme tan mal con toda la ropa, por eso no me saco el pijama nunca.
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