tengo sabor a resignación en la boca, casi como siempre después de estos episodios reveladores y predecibles que por alguna razón me terminan sorprendiendo. el pijama es la ropa de la pena, me quedo con él mientras afuera el sol brilla y brilla, es un día hermoso, sí, y yo lo quedo mirando mientras mi cabeza se llena de estimaciones, posibilidades y finales imaginarios. es un día hermoso y yo debería arrancarme con él, perseguirlo atravesando el mundo y olvidarme de que existe la maldita noche.
0 comentarios:
Publicar un comentario